La corrupción en nombre de la patria.
Alejandro Herrera Diaz.
Presidente
partido Allendista de chile, PACH.
“El autor del libro «Traición a la patria» explicó en El Mostrador en La Clave que «solo los últimos 2 excomandantes en jefe (Fuente-Alba y Oviedo) habrían desfalcado $7.500 millones». Si se suma al Milicogate y el fraude en Carabineros, «estamos hablando sobre los $50 mil millones. Es una cifra gigantesca». Weibel explicó que «todos los años, los comandantes en Jefe del Ejército disponen de 2.500 millones pesos en gastos reservados anuales. En cuatro años que dura su gestión son 10 mil millones de pesos, los pueden gastar sin rendir cuentas». Cita: “el mostrador” 9 de agosto del 2021.
La corrupción en chile tiene cierta delicadeza. A la luz de los medios internacionales, Chile se ubican en el puesto 27 del ranking internacional de los países menos corruptos, superando a España, la que se ubica en el puesto n° 34. Sin embargo, este fenómeno no es casual, es una consecuencia del tipo de sociedad. En la sociedad de libre mercado en la cual se desenvuelve el mundo occidental, hoy podemos ver que la corrupción es una actitud aceptada o naturalizada de los poderes facticos. Estos poderes facticos tienen acceso a recursos financieros, participan del mercado, o están en posiciones ventajosas en la toma de decisiones. Esta realidad, se manifiesta en los valores aceptados por la sociedad, en donde, las personas buscan sacar ventaja ante los demás ciudadanos o aprovechar la falta de control de las instituciones. Desde esta mirada, se vulnera el principio del bienestar común que debe regir a cualquier sociedad. El mercado no valora a individuos y los impulsa a ser parte de la competencia.
La cultura imperante del capitalismo, como por ejemplo, la indiferencia al dolor ajeno, la falta de solidaridad y la veneración a ídolos carentes de valores, nos genera un universo agresivo y egoísta, para la gran mayoría de las personas. La preocupación principal de los individuos es lograr un status social superior al de los demás, a diferencia de la cultura y educación socialista la que fomenta en las personas una superación colectiva de la sociedad. En cambio, el capitalismo hoy neoliberal, inculca la libertad de explotación del ser humano y los recursos naturales en beneficio personal. Para que las personas actúen de esa forma, bárbara el capitalismo desmantela todas las virtudes humanistas, éticas, culturales y de tradiciones nacionales que nos identifican como nación. De esta forma, las personas buscan sin escrúpulos el negocio fácil a costa del sacrificio de otros.
Hoy en nuestro país, la corrupción, está presente en el ejército de chile. A pocos días del cambio de mando el general (ahora en retiro y con arraigo en el domicilio) Ricardo Martínez se le investiga por fraude al fisco. El oficial fue citado a declarar en calidad de inculpado en el marco de la arista “Pasajes y Fletes” de la investigación por fraude en la institución castrense, que lleva adelante la ministra Romy Rutherford. Este nuevo escándalo de alguna u otra forma nos trae a la memoria el caso milicogate, la que tiene procesado a tres generales sucesores del ex capitán general del ejército, el dictador Agusto Pinochet. Los procesados son: Óscar Izurieta (2006-2010), Juan Miguel Fuente-Alba (2010-2014) y Humberto Oviedo (2014-2018).
Lo complejo de este caso, es el completo silencio, que se transforma en complicidad, de los gobiernos de turno, al contemplar lo escandaloso del robo que se hacía a todos los chilenos. Nadie repara en la importancia militar y por sobre todo, la responsabilidad estratégica de los militares ante el país. Un general corrupto, es un traidor a la patria, un general corrupto expone la defensa del país, es un potencial agente de la inteligencia extranjera, y es en ese sentido que las penas y los castigos deben ser ejemplares. Evocando algo de historia, el caso del general Cubano Arnaldo Ochoa Sánchez (1989), héroe nacional en la guerra de Angola fusilado por corrupción y narcotráfico.
Como Allendista, abogo por la aplicación del concepto de traición a la patria, para todos aquellos, personeros de las FFAA y de orden, que cometan ilícitos y defrauden sus instituciones, las cuales, frente al pabellón nacional, juraron defender y honrar.
Se hace necesario y urgente un cambio estructural y de procedimientos al sistema judicial. No es posible, que ciudadanos con altas responsabilidades y a cargo de instituciones estratégicas, tengan tratos especiales, cuando ponen en peligro los intereses del país. Por otra parte, es de una injustica tremenda, se condene con altas penas a manifestantes y activistas sociales.
Nuestro país vive una crisis social no resuelta, que se expresó en el estallido de octubre del 2019, en donde una de sus demandas, es la de justicia y el fin de la corrupción. Estos son parte de los anhelos del pueblo. Pero la corrupción no es sinónimo solo de los poderes facticos, también corroe los espacios de la izquierda y de los llamados independientes. No puedo dejar de mencionar al convencional Rodrigo Rojas Vade, conocido en la plaza dignidad como el “Pelao Vade”, quien utilizó una imagen de enfermo de cáncer para manifestarse y que esta imagen, utilizo para ser elegido convencional, guardando silencio sobre su real condición de salud, esta situación nos indigna y al pueblo lo decepciona, es una traición a sus electores y a la fe pública.
Cuando hablamos de corrupción y honestidad, hay otro personaje que se levanta y genera expectación en la izquierda y la esperanzas de un proyecto popular, me refiero al excandidato presidencial Diego Ancalao, “candidato plurinacional” ni más ni menos, “Diego Ancalao es acusado de fraude por el Servel el que dio a conocer que más de 20 mil firmas que respaldaban la candidatura de Ancalao fueron avaladas con el timbre de una notaría que dejó de funcionar en 2018 y cuyo titular había fallecido en febrero de este año”. Cita Diario Universidad de Chile. Viernes 27 de agosto 2021
Cuando uno comienza a pensar y a cuestionarse, el tipo de sociedad en la que crecen nuestros hijo y pensamos en el tipo de sociedad que queremos construir para las nuevas generaciones , no podemos ser complacientes con la corrupción y la deshonestidad, cuando en las filas de la izquierda, se utilizan métodos engañosos para lograr un objetivo, también lo podemos clasificar como traición a la patria, el daño a la toma de conciencia del pueblo, es equivalente al del general que traiciona su país por beneficio personal. Así, como estas personas, se prestan para el juego de la mentira y el engaño, también podemos asegurar, que se prestaran para vender los sueños del pueblo; en el fondo todos aquellos son traidores porque traicionan a la Patria.
Los valores de la sociedad, son responsabilidad en gran medida del Estado y sus políticas públicas, por lo tanto, se debe buscar la transformación profunda del Estado chileno, por un enfoque, donde el centro de su quehacer sea el bienestar de las familias, de los y las trabajadoras. Es en este sentido que uno de sus ejes tiene que ser la educación y la cultura, como una máxima en el fomento de una conciencia solidaria, con su pueblo y el medio ambiente, donde tiene que resaltar como un bien común, la honestidad y la probidad de las personas, más aún cuando ostentan cargos públicos y en las FFAA y de orden.
El Allendismo se opone resueltamente a la corrupción, ya que la corrupción lleva a la traición, y esa corrupción fue la que en 1973 provoco el golpe de estado contra el gobierno de la Unidad Popular. La corrupción permitió que la injerencia extranjera instalara en forma sangrienta la dictadura militar y el genocidio de nuestro pueblo. De esta forma interrumpió el proceso democratizador chileno, de encaminar nuestra sociedad y economía a la vía chilena del socialismo.
La corrupción es un flagelo que debemos erradicar, a través de una restructuración profunda del Estado, de la economía y el sistema judicial, por un sistema al servicio del pueblo y su desarrollo, y así, terminar con los valores morales de la cultura neoliberal.
Hago un llamado a la reconstrucción de los principios del programa de la unidad popular y la construcción del partido Allendista de Chile, así como también creo importante instalar en la opinión pública los siguientes conceptos.
1- Fomentar la educación de excelencia, la cultura, el respeto y la honestidad.
2- Juicio por traición a la patria a militares implicados en casos de corrupción y a los políticos que traicionen la fe pública.
3- Democratización de las fuerzas armadas.
Fin a la apología de la cultura neoliberal, la que fomenta el individualismo y la competencia sin escrúpulo.