La nueva constitución: Principios para abrir las alamedas.
Gary Núñez Ordoña.
Comunicaciones .
Desde ahora y en adelante, el día 4 de julio, será el día donde el hito de entrega de esta Propuesta de Nueva Constitución, lo recordaremos, como aquel paso historio, que marcará la apertura de las grandes alamedas, por donde caminen las mujeres y hombre libres e iguales en derecho, para construir una sociedad, solidaria, democrática, paritaria y plurinacional, que respete los derechos de la naturaleza; que respete la Pacha mama. La nueva constitución, está fundamentada en principios. Un principio es un valor, una regla, una norma o criterio, que da forma, estructura, que entrega los cimientos para la reflexión jurídica o normativa, para la construcción de una organización, sociedad o un Estado.
En todo el mundo se observan constituciones que albergan principios reconocidos universalmente como, la Libertar, Igualdad, Soberanía popular y legalidad. Así también la plurinacionalidad, que tanto cuestionamiento y tergiversación del concepto ha tenido, hoy junto a otros principios como; la paridad, derechos de la naturaleza y buen vivir, ya son incorporados y avanzan, reconociendo así las sociedades desarrolladas, los signos de los tiempos.
Un principio constitucional, es el espíritu, que debe considerar e interpretar el Estado y sus legisladores, y los ciudadanos, para cumplir con el mandato que el poder constituyente, (niños, jóvenes, adultos, adultos mayores, mujeres y hombres, de todas las razas y definición sexual), veníamos clamando y convocamos desde antes del día 18 de octubre del año 2019 y en adelante, hasta el día de hoy, para plasmar esta Propuesta de Nueva Constitución, y para ser respetada por todos.
El Estado, sus políticas públicas y toda la institucionalidad, deben velar y guiarse, porque, en el ejercicio del bien comun y justicia, ningún órgano del Estado, pueda erradicar estos principios o actué encontrar de ellos o alguno de ellos.
La propuesta de nueva constitución, fue el trabajo de un grupo de convencionales, elegidos democráticamente con el 52% del padrón electoral. El 79,2 % de los chilenos, votaron APRUEBO NUEVA CONSTITUCIÓN. Nadie puede ahora decir, que este ejercicio ha sido poco democrático.
Desde el 18 de octubre y en adelante, el pueblo, mujeres, jóvenes, niños, adultos, adultos mayores y hombres se movilizaron y salieron a la calle, a buscar un cambio, ya cansados de una clase política, que se coludía económicamente para no perder sus escaños de poder en la sociedad y el Estado de Chile. Los ciudadanos se cansaron de aquellos que, en nombre del pueblo y los trabajadores, usufructuaron del modelo económico neo liberal y se hicieron parte de los directorios de empresas como las AFPs e Isapres. Esos mismos, sentados en los mismos escaños, se levantan hoy para alzar su voz, con lo que, su anquilosado afán de poder, no puede permitir que se les erradique del Senado y se termine con sus esferas de poder.
Ni ahora, ni antes, ni en el pasado, estos señores, han tenido, o los ha motivado el bien comun, para reformular el modelo neoliberal, que ha postergado a tantas y tantos chilenos.
Hoy claman y vociferan, en contra de esta Propuesta de Nueva Constitución y su falsedad sale a enlodar un trabajo que partió desde la nada, cumplió con los plazos y además nos entrega una Propuesta de Nueva constitución con principios. Por eso la denostan, porque, esta propuesta tiene lo que ellos y aquellos vendieron a muy alto costo a la empresa SQM, al costo de traicionar a la patria, a los trabajadores, a los más necesitados y al pueblo.
La propuesta de nueva constitución en su Art. 1 nos dice; Chile es un Estado Social y democrático de derechos. Es plurinacional, intercultural y ecológico.
Se construye como una República solidaria, su democracia es paritaria y reconoce como valores intrínsecos e irrenunciables la dignidad, la libertad la igualdad sustantiva de los seres humanos y su relación indisoluble con la naturaleza.
La protección y garantía de los derechos humanos individuales y colectivos son el fundamento del Estado y orientan toda su actividad. Es deber del Estado generar las condiciones necesarias y proveer los bienes y servicios para asegurar el igual goce de los derechos y la integración de las personas en la vida política, económica, social y cultural para su pleno desarrollo.
¿Alguno de ustedes, de los que salieron, juntos a nosotros los Allenditas y junto a miles de personas a lo largo de todo el país y en el extranjero a manifestarse a favor y buscando un cambio, se puede sentir en desacuerdo con este primer artículo? Claro que sí, están en su derecho, de disentir de mi reflexión. Pero esta reflexión, es una interpelación a todos y cada uno de nosotros, para entender lo que son los principios constitucionales y desde ahí mirar y construir el Chile del futuro.
La actual constitución del año 1980, aquella que nació de un proceso totalmente inverso al que hemos vivido, careció, durante todos estos más de 40 años de legitimidad, consagra los principios de subsidiaridad del Estado, protección de la familia, bien comun, seguridad nacional, Estado unitario, soberanía nacional, legalidad, probidad. Además, define como principios la libertad económica, la libertad de empresa y la protección reforzada del derecho de propiedad.
El Estado subsidia la educación, la vivienda y la salud, a través de intermediarios, en donde nunca en ellos, estuvo de por medio otro principio, que la libertad económica y su rentabilidad. Constructoras que evadieron los requisitos técnicos básicos de construcción, y el sueño de una casa se transformó en una indigna habitación. Sostenedores de colegios, que recaudaron la subvención del estado y nunca mejoraron infraestructura, nunca incorporaron tecnología y lo que es aún más grave, nunca asignaron recurso para para el desarrollo de sus profesores.
Legalidad y probidad son otros dos principios instaurados en la constitución de 1980, que se ausentaron en las esferas de poder y dieron paso a la colusión, a boletas y facturas ideológicamente falsas, a corrupción y compra de artículos y plagios completos de la ley de pesca y otras, por parte de senadores. ¿Algunos de ustedes quiere más de lo mismo?
Los únicos principios, por los cuales han velado, los poderes políticos que en algún momento se definieron de izquierda y se asociaron a la derecha partidaria, y así al poder económico y los poderes factico de nuestro país, han sido, los principios de libertad económica, que más que libertad, ha sido libertinaje económico. Cuando A. Smith, padre de la libertad económica, habló en su libro la Riqueza de las naciones, de la mano invisible, no pensó nunca, que además de ser invisible, era negra y nefasta, porque la libertad económica corroe, erosiona lo más íntimo de las personas; la humanidad. La libertad de empresa junto a la libertad económica, han depredado nuestros mares y boques en el sur de nuestro país. Gracias a ese principio consagrado en la constitución de los años 80, el poder político propicio la venta del agua. Pero así también, esa liberta económica y de empresa, ha puesto su énfasis, no en la dignidad humana, no en lo solidario de un sistema económico y social, más bien el modelo neoliberal ha propiciado gracias a estos principios, el oprimir a la clase trabajadora en todos los niveles, destruyendo los ecosistemas familiares y ambientales, generando una sociedad, que vive para trabajar y sobre vive, para intentar vivir la vida.
La propuesta de nueva constitución, es una invitación a la trasformación de nuestra forma de mirar la vida y así también a la transformación de nuestra sociedad, en una sociedad solidaria, donde la colaboración de todos los actores sociales, se hace fundamental para alcanzar el desarrollo integrado de nuestra sociedad y de todos los chilenos.
Desde ahora y en adelante será el Estado, el que se debe hacer responsable, de generar las condiciones, para que Chile y su democracia sea paritaria, superar las desigualdades materiales, y reconocer la diferencias.